Si tuviera que asignar una palabra al color rojo, sería poder. Este color es intenso, vibrante, cálido y, en muchos casos, agresivo. El rojo es el color de la carne, la sangre y las entrañas, y también uno de los colores primarios en el modelo RGB, lo que lo convierte en un elemento clave en nuestra cultura visual. No es un color que uno vista con intención de pasar desapercibido; al contrario, siempre tiene la capacidad de destacar.
En fotografía, el rojo es un color extremadamente potente. Un toque de rojo en una imagen es suficiente para atraer la mirada, y si se usa correctamente, puede elevar cualquier toma fotográfica. Para mí, el rojo es un color fácil de trabajar, lo que lo convierte en uno de mis favoritos al capturar imágenes.
Por eso me gusta tanto y suelo perseguirlo por la calle como un zorrillo.
EEn el contexto de la fotografía callejera o street photography, donde la rapidez y la visión son cruciales, el rojo se convierte en un aliado invaluable. Ya sea en imágenes en monocromáticas (sólo rojo) o en capturas multicolores, el rojo aporta una fuerza visual única, convirtiéndose en un elemento confiable al que recurrir.
Vamos a ver algunos ejemplos:
Esta primera imagen fue tomada en la puerta de un local de Malasaña, Madrid, un lugar que frecuento por el color distintivo de su puerta. Aunque la foto es simple, la fuerza visual proviene del contraste del fondo rojo, que irrumpe en la composición. La mirada está dirigida hacia un pequeño detalle rojo en el pecho del protagonista, aprovechando la posición de la cámara y un chorro de luz que ilumina su figura de manera sutil.
Como verás, esta captura no tiene ninguna pretensión más allá de capturar un momento cotidiano, pero con un toque de rojo que le da una nueva dimensión a la escena.

El sujeto siempre se lleva la atención en la fotografía. Particularmente la figura humana redirige la vista. En estos dos ejemplos (Venecia 2024/Turín 2023) las figuras humanas se apoyan además en un punto ambiental de color rojo que las resalta incluso entre otros tonos cálidos. Si el resto de la composición tuviera unos colores más neutros o contrarios (azules) sería aún más impactante.
Estas fotografías las tomé en París, me parecen dos buenos ejemplos del uso del rojo en la mujer. La chica joven con el vestido que roba totalmente el protagonismo de la imagen y la niña enmarcada en un rojo menos intenso pero que llena la imagen.
Otros ejemplos de cosecha propia:
¿Y tú, qué uso le das a este color? Déjanos tu opinión en los comentarios y comparte cómo utilizas este color en tus propias capturas. ¡No olvides suscribirte al blog para más consejos y trucos sobre fotografía que te ayudarán a mejorar tu estilo visual!
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